lunes, 5 de febrero de 2007

Las Grutas


Fin de semana en Las Grutas, Río Negro... de un fin de semana de paz y descanso merecido pasó a ser una travesía en donde se puso en riesgo mi integridad y mi salud, páso a detallar:
SÁBADO - 13:00 Hs. Con las ansias del descanso tomé rumbo a las grutas, 45ºC en la ruta sin aire acondicionado, el paisaje pasó a ser atróz y el sentimiento de impotencia y desesperanza crecían con los minutos, el único árbol cercano era el de una propaganda en un cartél. 17:00 Hs. Arribo y búsqueda de una playa a fin de saciar tanto malestar, en un momento pensé que era el recital de los Rolling Stones, el tráfico imposible, la costanera cortada a mitad de camino por que a alguien se le ocurrió poner un casino en el medio, por fín llegamos a una playa en la séptima bajada, que alivio... no!!! el mar bajó y se había retirado casi a 300 metros, con el cansancio a cuestas decidimos emprender viaje hasta el mismo cargados de bolsos y sillas, el camino era de piedra y vaya casualidad, resbaladiza, tornándose el camino en una aventura extra, de sobrevivencia, desgarros musculares y feroces patinadas que prometían dejarnos abiertos como bailarina del Colón; ya con el agua en los pies decide romperse una de mis ojotas y dignamente pensando en que "lo que el mar te quita, que se lo quede" emprendemos la vuelta, yo descalzo por supuesto...
20:00 Hs. Vamos a buscar alojamiento, que más podría esperar, toda la capacidad hotelera llena, hospedajes llenos, pensiones llenas, hasta que por fín damos con una amable señora que tenía una casa grande y decíde alquilarnos una habitación para dos personas: 140 pesos, sin aire, sin cochera, sin TV, sin toallas y sin jabón (un hotel 3 estrellas estaba a 150 pesos), disgustado por aquel abuso decido increpar a la dueña del lugar por aquella injusticia y terminamos nuevamente en la calle...(Avda. Rio Negro 626 !!OJO!!)
DOMINGO - Decididos a pasar el mal trago, buscamos una playa alejada (Piedras Coloradas) en donde todo estaba al fin en orden... protector solar, mates, una sombrilla que no púde abrir, las olas en el cuerpo, etc... hasta que en un malentendido entre mi aparato respiratorio y el hábitat, termíno tragando casi medio litro de salada agua y vomitando los mariscos ingeridos en un costadito de la playa, la estabamos pasando realmente bien, mientras yo pensaba, que lindo viento, el sol no está tan fuerte, además yo que soy morocho, salteño, de piel dura... que puede hacerme ésta resolana sureña?... resultado: si me río me duele, si toso me duele, si me miran fuerte me duele...
Para otra ocasión les cuento que se nos quedó el auto al volver y aún espero que me devuelvan la llamada los de la compañia de seguro (Federación Patronal).
Pero la verdad, señores lectores, no deja de ser una cuestión de suerte, recomiendo el lugar, de hecho, en cuanto pueda volveré por la revancha.

2 comentarios:

CILENCIO NO SE CALLA dijo...

luiso, sentido pésame. Va un abrazo en Cilencio

SAFIRO dijo...

Sigo pensando Que Buenos Aires es preciosa cuando todos se van de veraneo!!!


Por la revancha siempre!!!